El Mortirolo es una montaña alpina que se encuentra en el norte de Italia. Con una altitud de 1.850 metros, es considerada una de las subidas más duras del mundo del ciclismo.

Este desafío ha sido incluido en varias ediciones del Giro de Italia, convirtiéndose en una prueba obligada para los ciclistas que buscan superar sus límites. A lo largo de los años, se han debatido sobre el número de subidas que tiene esta mítica montaña.

Algunos ciclistas veteranos aseguran que el Mortirolo tiene una subida única y desafiante, mientras que otros sostienen que tiene dos. Sin embargo, la realidad es que esta emblemática cima cuenta con tres subidas diferentes que pueden ser extremadamente difíciles para los ciclistas.

La subida más conocida es la que comienza en Mazzo di Valtellina, con una longitud de 12,4 kilómetros y una pendiente media del 10,1%. Esta ruta cuenta con 31 curvas cerradas y puede ser una verdadera tortura para los ciclistas más experimentados.

La segunda subida comienza en Tovo di Sant'Agata, con una longitud de 13,4 kilómetros y una pendiente media del 7,6%. Aunque se considera menos exigente que la ruta de Mazzo di Valtellina, los ciclistas aún deben estar en buena forma para poder superarla con éxito.

Finalmente, la tercera subida comienza en Grosio, con una longitud de 18,5 kilómetros y una pendiente media del 7,3%. Aunque esta subida es la menos conocida de las tres, no es menos difícil. Los ciclistas que se aventuran a tomar esta ruta deben estar en excelente forma física y mentalmente preparados para el desafío.

En definitiva, independientemente de la subida que se elija, el Mortirolo es una montaña que ofrece un desafío difícil y emocionante para cualquier ciclista que busque ponerse a prueba. Si te sientes lo bastante valiente para intentarlo, prepárate para sufrir y disfrutar de la subida más espectacular de tu vida.