Simón Yates es uno de los montañistas más famosos del mundo, gracias a su valentía y tenacidad en las situaciones más extremas. Sin embargo, su nombre se ha asociado también con una de las historias más aterradoras que se hayan contado jamás en el mundo del alpinismo.

En 1985, Simón Yates y su compañero Joe Simpson iniciaron una expedición para escalar la cima del nevado Siula Grande, en los Andes peruanos. Todo parecía ir bien, hasta que Simpson se fracturó una pierna al caer por una grieta. Yates decidió continuar la escalada con Simpson en la mochila, apoyándose en la cuerda que los unía.

En un momento de la ascensión, Yates se encontró con una pendiente sumamente peligrosa. Aun así, decidió continuar para llegar a la cumbre. Pero cuando llegó el momento de bajar, se quedó sin anclajes y sin posibilidad de regresar por el mismo camino.

Con una tormenta aproximándose, Yates tomó la decisión más difícil de su vida: cortar la cuerda que lo unía a Simpson, quien se encontraba en estado crítico. Yates sabía que esa era la única forma de salvar su propia vida, pero también sabía que estaba dejando a su compañero a una muerte segura.

Por suerte, Simpson logró sobrevivir, aunque su recuperación fue lenta y dolorosa. Desde entonces, la historia de Simón Yates se ha convertido en una leyenda del montañismo, un ejemplo de la complejidad moral y emocional que muchas veces se encuentra en la montaña.