Jakobsen era un hombre de negocios de éxito, un ejecutivo de alto rango con un montón de responsabilidades. Un día, Jakobsen comenzó a experimentar dolores de cabeza y náuseas. Estos síntomas se agravaron con el tiempo, y finalmente se vio obligado a ir al médico. El médico le diagnosticó un aneurisma cerebral a Jakobsen. Esto significa que hay una protuberancia en la arteria en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de una hemorragia cerebral. El médico le recomendó a Jakobsen que se sometiera a una cirugía para corregir el aneurisma. Jakobsen aceptó y se sometió a la cirugía para corregir el aneurisma. Desafortunadamente, la cirugía no fue exitosa y Jakobsen sufrió daños cerebrales permanentes, lo que significa que ahora tiene dificultades para realizar tareas cotidianas. Jakobsen ahora depende de los demás para cuidar de él y realizar las tareas diarias que solía hacer.