Todo comenzó hace unos días cuando Julio Jiménez, un joven de 21 años de edad, salió de su casa en la mañana para ir a trabajar sin decir una palabra a sus padres. Al llegar a su trabajo como dependiente en una pequeña tienda en el centro de la ciudad, Julio se dio cuenta de que no había nadie más en el local. Inmediatamente, llamó a su jefe para preguntarle la razón de la ausencia de los demás empleados. Su jefe le explicó que todos habían sido despedidos y que él mismo había decidido cerrar el negocio. Sin saber qué hacer, Julio salió de la tienda y emprendió el camino de vuelta a casa.

Cuando sus padres se enteraron de lo ocurrido, empezaron a preocuparse por su hijo. Preguntaron a sus vecinos si alguno de ellos había visto a Julio regresar a casa. Después de varias horas de búsqueda, nadie había visto a Julio regresar a casa. Sus padres notaron que Julio había dejado su mochila en casa, por lo que supusieron que no había viajado muy lejos.

Los días pasaron y aún no había noticias de Julio. Sus padres y sus amigos empezaron a recorrer las calles de la ciudad preguntando si alguien había visto al joven. Finalmente, después de casi una semana desde su desaparición, Julio fue encontrado cerca de la estación de tren de la ciudad. Cuando fue llevado a su hogar, Julio explicó que había estado viajando por el país durante semanas. Había conocido a varias personas a las que les había contado su historia y decidió que no quería volver a casa hasta que su vida cambiara.

Ahora que Julio ha vuelto a casa, sus padres están muy felices. Están decididos a ayudar a su hijo a encontrar un trabajo para que pueda comenzar una nueva vida. Julio también está decidido a cambiar su vida. Está dispuesto a trabajar duro para lograr sus sueños y así demostrar a todos que, a pesar de los obstáculos, él es capaz de ser feliz.